Encontrar un Champagne bueno y asequible

Para entender bien el interés de los champagnes de viticultores independientes (también llamados champagnes elaborados por el propio viticultor), hay que repasar brevemente a cómo se elabora la gran mayoría de los champagnes.

Actualmente, en la región de Champagne, dos tercios de las botellas son vinificadas por cinco multinacionales. Muchas de ellas no poseen sus propios viñedos: compran las uvas por tonelada y las vinifican en enormes bodegas bajo la supervisión de sus empleados. Estos champagnes industriales son muy conocidos: los encontramos con frecuencia en los supermercados y algunas tiendas especializadas. Aunque se producen en grandes cantidades, no siempre son los más asequibles ni tampoco su precio es garantía de calidad.

pero, en realidad,  la región Champagne cuenta hoy con cerca de 4.000 viticultores,  que o bien trabajan solos o, bien, más a menudo, en familia, y que cultivan personalmente las viñas con las que se elaborará su champagne. Las manos que trabajan en el viñedo, en la vendimia, en la vinificación e incluso en la comercialización, son las mismas: las del propio viticultor. Este sistema tradicional, sin intermediarios y que sigue el proceso de a elaboración del champagne de la A a la Z, es garantía tanto de calidad como de un producto de lujo ofrecido a un precio justo.

A diferencia de las grandes marcas, cuyo éxito se basa en gran medida en campañas de marketing y publicidad con presupuestos astronómicos, los viticultores independientes solo invierten en sus herramientas de producción, con el fin de sacar siempre lo mejor de sus viñas y de sus uvas. Al fin y al cabo, ¿no es la mejor publicidad para un artesano elaborar un champagne de calidad? El boca a boca hará el resto.

Otro elemento que influye en el precio del champagne es  su fama internacional. El champagne es, sin duda, uno de los mejores embajadores de la cultura francesa, y en muchos países, degustarlo se considera un símbolo externo de éxito. Las grandes casas de Champagne han sabido aprovechar este nicho y beneficiarse del aumento de precios provocados por una demanda muy fuerte. Como resultado, muchas de ellas tienden a valorizar su producción en el extranjero, lo que ha provocado un aumento de sus precios incluso en los estantes de los distribuidores franceses.

Por el contrario, los champagnes de viticultores siguen siendo mucho menos conocidos en el mercado internacional, y eso es algo  comprensible. ¿Cómo podría el público general en Estados Unidos, por ejemplo, conocer a los 4.000 viticultores de Champagne?

Con producciones que a menudo no superan unas decenas de miles de botellas al año, estos viticultores no pueden responder a la demanda extranjera que va en aumento y prefieren concentrarse en el mercado francés, más conocedor y auténtico pilar de una explotación vitícola saludable. Porque, al fin y al cabo, como nos decía con razón uno de nuestros viticultores: «¿De qué sirve producir champagne si al final los propios franceses ya no lo beben?»

Pero para que este modo de consumo “tradicional” del champagne en Francia siga funcionando, es esencial que los viticultores continúen ofreciendo un buen champagne asequible y de calidad. Entonces ¿tienen un precio asequible  los champagnes de viticultor? Pues resulta que sí, por varias razones: porque está resguardados de los vaivenes de la especulación, porque el viticultor tiene un mayor control sobre toda su producción desde la viña hasta el embotellado, o simplemente por puro sentido común campesino, Los viticultores de la región de Champagne siguen ofreciendo hoy algunos de los champagnes más económicos del mercado.